Durante los próximos, los visitantes tendrán la ocasión de ver de cerca los ciervos que fueron tan importantes en la cueva de Ekain y en la vida cotidiana de sus habitantes. En agosto y septiembre, habrá ciervas en la pradera de Ekainberri.

Para dar la bienvenida a estas nuevas protagonistas, así como para conocer el entorno y hablar del recorrido pasado y futuro de la réplica, el 24 de julio estuvieron en Ekainberri la nueva Directora General de Patrimonio Cultural, la señora María José Telleria Etxeberria, y el nuevo alcalde de Zestoa, el señor Josetxo Mendizabal, junto con el señor Juanjo Aramburu Lasa, director de Ekainberri. Estos dos nuevos mandatarios serán los nuevos miembros de la Fundación Ekain durante esta legislatura.

Tener estas ciervas en Ekainberri nos da la oportunidad de acercarnos más a la Prehistoria. Estos animales resultaban fundamentales, puesto que convivían con los habitantes de Ekain durante el Magdaleniense. Los ciervos eran las principales piezas de origen material para la supervivencia en la Costa Cantábrica de la época Magdaleniense. El ser humano se especializó más en la caza a partir del Solutrense, profundizándose esa especialización en el Magdaleniense.

El principal ejemplo de ello lo encontramos en el registro arqueológico de Ekain, la mayor parte de los restos son de hembras y crías. Teniendo en cuenta que las ciervas paren en primavera podemos sacar la conclusión de que los habitantes de Ekain habitaban en la cueva durante los meses de primavera y verano volviendo en otoño a sus refugios invernales. Siguiendo el ciclo de la naturaleza, al desaparecer los humanos los ciervos entraban en berrea, sembrando las semillas de la generación de ciervos del año siguiente en el valle de Sastarrain.

Aparte de ser su principal alimento, era imprescindible para la supervivencia de aquellas personas. La piel y pelo de este animal son dos elementos fáciles de tratar. Por eso los utilizaban tanto estas personas. Tras separar la carne de los huesos, utilizaban raspadores de sílex para suavizar la piel. Después de esto, ataban la piel a bastidores que colocaban en sitios de mucho viento para secarla. Una vez secadas las pieles, las utilizaban con fines diversos, por ejemplo para confeccionar abrigos que les resguardaran del intenso frío de aquella época, para cubrir las tiendas con forma de tipi, para confeccionar sacos, para arcos y propulsores, etc.

Durante el Paleolítico Superior también fueron muy utilizados los huesos y astas de ciervo para fabricar diversos objetos como percutores para tratar el sílex, arpones, punzones, adornos, agujas, etc. En la cueva de Ekain se han encontrado 2 azagayas y 3 punzones fabricados con astas de este animal.

Además de conocer las pinturas rupestres de la cueva, hacer fuego, pintar y cazar como aquellas personas, durante este verano los visitantes tendrán la posibilidad de ver y sentir de cerca a los ciervos como lo hacían aquellos habitantes de la cueva de Ekain.